Ramón,  en esta mañana, donde la brisa del viento suaviza nuestros rostros y se lleva nuestras  lágrimas porque ya no estarás con nosotros, te queremos agradecer por tu sencillez, honestidad, sentido del humor y grandeza y por compartir junto a nosotros tu vida y permitirnos  conocer a tu familia.

Estamos acá para despedir a un gran hombre, un extraordinario padre,  un leal amigo, el mejor  compañero de trabajo….. sin duda, los pasillos de esta Gobernación extrañarán tu presencia física, tu caminar pausado, pero te queremos decir que siempre estarás en nuestros corazones.

Desde tu casa laboral, desde este lugar que representa también a otros en que desarrollaste tu vocación de servicio público, en que soñaste con una patria justa, buena, democrática y fraterna, te decimos hasta siempre amigo, compañero y hermano.

GRACIAS RAMÓN……